Polonia no es un país famoso por su gastronomía, pero cuando viajas allí te sorprendes con unos cuantos platos que bien podrían hacer carrera internacional. Al menos eso le pasó a nuestro Querido Líder Mikel López Iturriaga: «Me sorprendieron sopas como el zurek, con su reconfortante sabor a centeno y su puntillo ácido, los embutidos, el cerdo asado o los inevitables pierogi, que son como raviolis o dumplings pero más contundentes. De vuelta a España, fue un gran placer encontrar en Madrid un buen restaurante de esta nacionalidad como La Polonesa, donde encuentras esos platos y muchos más, muy dignamente ejecutados y a un precio de hace 20 años. La decoración del sitio también es de hace muchas décadas, lo que forma parte de su encanto».